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9 jun 2015

La lista más votada: ¿un concepto antidemocrático?

A lo largo de estos días he leído múltiples titulares erróneos sobre QUIEN GANÓ las elecciones. Es penoso este espectáculo de analfabetismo político de que han hecho gala los políticos - ¿cómo no  saben cuál es su trabajo - pero también de los medios de comunicación - ¿qué errónea información dan?
La política de la izquierda siempre ha sido la de la educación ciudadana. El impulso máximo tuvo lugar iniciada la II República con un plan de alfabetización universal que fue cancelado cuando la derecho ganó las elecciones y que, reanudado cuando las perdió se mantuvo pese a todo durante la guerra. Esta sigue siendo la política de la derecha,  es más fácil abusar del ciudadano inculto, que eliminó la asignatura de “educación para la ciudadanía” privando de esta información a las nuevas generaciones y que los ciudadanos se vean como sujetos de derecho” y no sólo como víctimas de imposiciones “legales”.
Es un error creer que gana quien obtuvo más votos en la  lista como si fuera una carrera olímpica. No se trata de dar medallas de oro, plata y bronce a los tres primeros. En las elecciones a una vuelta se elige a los representantes-electores para que ellos elijan al gobierno ¡porque nos representan! Eso es lo que significa una democracia representativa ¡tampoco es tan difícil de entender este concepto!
El PP y el PSOE han sido los partidos más votados con un respaldo de más o menos el 20 al 30 %. Sería poco democrático empeñarse en reivindicar que tiene que gobernar la lista más votada. Deben gobernar los representes que se pongan de acuerdo en un programa de gobierno que respalde más del 50 % de representantes-electores. Lo contrario resulta ridículo. ¿Cómo quien tiene unos representantes electos respaldados por el 25 % de los votos ciudadanos puede tener el tupé de decir que representa mejor al conjunto de los ciudadanos que una coalición de electos que tiene el respaldo del 60 %?
Todo ello al margen del fraude de la vigente ley electoral que ¿legaliza? el “genocidio de las minorías” a base de “anular” los votos dados a los representantes electos que no alcanzan el 5 %. ¿Por qué ese voto no vale nada? ¿Qué pretende ese porcentaje arbitrario? Es una sucia maniobra a favor del bipartidismo y contra la representatividad social. Así se excluyó a UPyD y a IU ¡antidemocrácticamente!  de modo “suciamente legal”.
Ahora que han llegado los nuevos partidos con voluntad de “regenerar la política” una de sus primeras medidas, de cara a las elecciones generales, debe de ser la de anular esta ley que de modo inicuo priva a los ciudadanos de sus representantes.
La petición de un cambio de la ley  electoral estableciendo una segunda vuelta con los partidos más votados es “otra opción”, pero es discutible que sea mejor o peor. Recordemos el caso de Francia en 2002. Los resultados electorales para Presidente de la República fueron: Chirac (derecha) = 19,88 %; Le Pen (extrema derecha) = 16,68 %; Jospin (Socialismo) = 16,18 %. En España eso hubiera conducido a la elección de Chirac pero condicionado por el apoyo que le dieran los demás partidos; eso le hubiera obligado a una política más conforme con la distribución de deseos manifestada por el reparto del voto que no lo que resultó. En la segunda vuelto los partidos de izquierda tuvieron que pedirle a sus electores que votaran a la derecha y Chirac logró así el 82,21 % de los votos.
El Presidente Chirac, acusado de diversas corrupciones acabó siendo condenado por desvío ilegal de fondos aunque por tener 82 años no se le obligó a entrar en prisión. ¿Es eso mejor que llegar a un acuerdo para la investidura que controle al candidato mayoritario como está ocurriendo ahora en Andalucía? Yo, personalmente creo que es mejor la opción de que nuestros representantes electores puedan llegar a acuerdos. Y si no llegan entonces se hacen  nuevas elecciones de todos contra todos.
Pero lo importante de esta reflexión es la de que políticos y periodistas se enteren de que el m minoritario más votado NO HA GANADO las elecciones: HA PERDIDO las elecciones aunque sea el que ha tenido más respaldo. Quien GANA LAS ELECCIONES es el que tiene MAS REPRESENTANTES QUE APOYEN SU PROGRAMA DE GOBIERNO, no sus promesas (¿mentirosas?) de programa de gobierno que es sobre lo que votamos los ciudadanos.
Si quien logró nuestros votos con engaño hace lo contrario tenemos que tragárnoslo por 4 años.
En cambio, si quien logró la investidura engaña a nuestros representantes-electores estos tienen la opción de presentar una moción de censura y como son mayoría obligarle a convocar las elecciones.
Por esa razón yo soy más partidario de unas elecciones de representantes-electores que de unas elecciones a segunda vuelta. Ésta, que es la que le gusta a la derecha, se parecen demasiado a una elección de un “dictador por 4 años”. ¿Es por eso por lo que le gusta más a la derecha la segunda vuelta? De todos modos en una segunda vuelta Aguirre y Cifuentes no habrían salido ni tampoco ninguno de los Alcaldes con minorías mayoritarias. En la segunda vuelta hubieran quedado como el Sr. Le Pen.
Entender que en unas elecciones representativa se eligen a unos representantes - electores que son los que tienen que elegir al gobierno es básico par

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