Test Footer


6 nov 2017

Alfonso XIII y Cataluña

Interesante el artículo Alfonso XIII y Cataluña del ex Presidente de Sala del TS, Sr. Trillo (ABC, 06.11.2017).  Empieza recordando la clásica frivolidad borbónica. Alfonso XIII con motivo de su visita en 1904 a Barcelona prometió hablar catalán para la siguiente visita. No lo hizo. Quizá estaba tan entretenido jugado a las guerras en África donde murieron tan inútilmente tantos miles de españoles y marroquíes que no tuvo tiempo de aprender catalán. ¡Ni que fuera vasco! Ningún borbón lo sabe hablar. En la reciente reposición de aquella serie de películas rosa de Sisi ella sí aprendió todos los idiomas del imperio austrohúngaro. ¡Qué quieren que les diga!
No es que los catalanes sean “así”, es que hay muchas formas de agradar a la gente y una de ellas es aprender su idioma. Conocí a un polaco que hablaba además ruso, francés e inglés. Su castellano era excelente. Encontró trabajo en una empresa vasca. Años después coincidimos en una reunión y de repente identifiqué su voz hablando en vasco. Me acerqué a saludarlo y le pregunté “¿cómo se te ha ocurrido aprender también el vasco?” La respuesta fue de una simpleza evidente: “a los de aquí les gusta”. ¿Hay algo más que añadir? El discurso del biznieto del "rey conejo",que escapó abandonando a la familia el 14 de abril se parece más  a la torpe promesa de Alfonso XIII que a la inteligente actitud de mi amigo polaco.
Las relaciones entre las personas son casi siempre un problema de mera educación,  pero la convivencia, partiendo de la educación, exige otra actitud: la lealtad entre los dialogantes. Claro que cuando no hay diálogo lo que se pone de manifiesto en primer lugar es que no hay actitud de lealtad.
España es un país donde los “protestantes” fueron eliminados por la doble dictadura regia y teocrática de Trento que nos sigue marcando aunque muchos no se den cuenta. La diferencia de opiniones se ha castigado y se sigue castigando unas veces “dentro de la ley” y otras fuera que aún hay víctimas aún en cunetas y campos asesinados sin respetar ni las ilegales leyes de los golpistas.  Un golpe y una sedición como dios manda sobre la que la Audiencia Nacional se declaro no competente porque a ella lo que le van son las rebeliones y sediciones de opereta.
Que Cataluña ha tenido un desarrollo mayor que otras partes de España es una realidad indiscutible. También lo es que la llegada de Felipe V abrió el comercio de América al Reino de Aragón, dentro del cual están el propio Aragón, Cataluña, Mallorca y Valencia precisamente con la reorganización administrativa de toda España, ultramar incluido, mediante los numerosos Decretos de Nueva Planta que se aplicaron por todos esos territorios. Y Cataluña mejoró notablemente.
Todo eso, sin embargo, no permite olvidar a otros borbones indeseables del cual la medalla de oro la tiene Fernando VII, el rey felón, jurador y perjuro de la constitución cuando veía que perdía “la finca”; él fue el primer Jefe del Estado en traer tropas extranjeras a España para matar a españoles. ¡Vaya familia natural! El segundo fue Franco, el abuelo putativo de Felipe VI. ¡Vaya familia putativa! Jamás han dicho una palabra en su contra. ¡Al menos son agradecidos!
Señala luego el autor el legítimo derecho de Cataluña a presumir de su progreso económico pero precisa, y eso es correcto, que desde un punto de vista social el progreso económico nace del incremento poblacional que no cesó durante la Dictadura. Tras ello cita una anécdota del Presente Tarradellas que dijo:Quina Catalunya ens ha deixat Franco!
Cita también que Vicens Vives señaló que Cataluña aloja una voluntad de ser que no es solo económica, aunque luego recuerda que el propio Cambó, ante el desorden, acabó financiando el alzamiento contra la República. El patriotismo se preocupa siempre por el dinero y los ricos son ardientes defensores de la patria.
Habla de “la fuerza jurídica del Estado ante el abandono por las instituciones catalanas de los cauces constitucionales” pero omite que Rajoy fue el primero en atropellar uno de sus derechos fundamentales cuando prohibió el referéndum con una interpretación fraudulenta del art. 149.1CE78: “El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias: 32.ª Autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum”, donde sólo se establece un mero requisito procesal. Ese artículo no le autoriza a prohibir el ejercicio de un derecho fundamental recogido en el art. 20.1CE78: “Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción y un texto impreso en una papeleta de votación es un escrito como cualquier otro. Rajoy  incumplió también la obligación que señala el art. 9.2 CE78: Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. El único artículo que le permite su suspensión es el art. 15 CE78: Se garantiza la libertad ideológica ... de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley”, pero tampoco podría suspenderlo porque hasta ahora en ninguna elección hubo ningún desorden público. En resumen Rajoy es el máximo violador de la CE78; a su lado Puigdemont es un aprendiz que se dejó enredar como un pipiolo con unas ilegalidades indiscutibles pero indignas del atropello del que están ahora siendo objeto por parte de los tribunales de justicia azuzados por un Fiscal digno de tiempos pretéritos y si es verdad, como dijo, que a él no lo presiona el gobierno ni esa disculpa tiene por hacer lo que hace.
Resulta falaz alegar, como hace el autor, que los catalanes no querrían una España federal porque eso implicaría la igualdad de derechos y lo que ellos quieren es un trato preferencial. De 1931 a 1936 Cataluña vivió feliz y tranquila en la II República igualitaria. El 14 de abril de 1931 a las 6:30 de la mañana el ayuntamiento de Eibar lucía la bandera tricolor. A la una y media Companys iza la bandera tricolor en Barcelona y poco después Macía proclama "L'Estat Catalá que amb tota la cordialitat procurarem inegrar a la Federación de Repúbliques iberiques. En Madrid a las 8 de la tarde se constituye el Gobierno provisional de la República  Por cierto que fue una declaración ilegal porque las elecciones no eran generales sino municipales. Maciá tres días después retiró su proclamación y la sustituyó por un gobierno provisional de la Generalitat. Cataluña fue fiel a la II República española hasta el último momento salvo el episodio de Companys que dio con él en la cárcel y provocó la suspensión del Estatuto. La promesa del Frente Popular de una  amnistía y la reposición del Estatuto permitió el triunfo del Frente popular en 1936.  
Demasiado para los enemigos de la democracia. Franco, abuelo putativo del actual dictador monárquicol, Felipe VI, se sumó al golpe de Estado del 17 de julio que llevaba años larvándose. Contó con el apoyo financiero del bisabuelo natural del actual dictador monárquico. Su abuelo Juan se sumó al ejército de Franco para asesinar demócratas pero fue descubierto y enviado a su casita. Cataluña, como casi toda España, apoyó la República Federal. Si ésta sucumbió fue por las tensiones políticas internas, por la ayuda de los ejércitos nazi y fascistas  a Franco, pero sobre todo por la traición de Francia e Inglaterra que, no lo olvidemos, han sido los seculares enemigos de España.
Termina el texto echándole la culpa a quienes actúan “incluso contra su voluntad, so pena de debacle electoral”, lo que no sabemos si se refiere al Aznar que, probablemente como Alfonso XIII también “hablaba catalán en la intimidad”, y compró los votó de Pujol para lograr ser Presidente. Pero no; al final aparece el verdadero y único culpable que ha tenido España en toda su historia el autor del “reguero de reformas estatutarias pedidas al socaire de la promovida por el presidente Rodríguez Zapatero para Cataluña, simiente de muchos de los problemas que hoy se viven en esa tierrapara terminar señalando queel suelo luce resbaladizo: una lengua bien amada, que muchos perciben que ha sido utilizada como cuña para romper, y un Estado cuya organización constitucional ha sensibilizado la idea de la igualdad de los territorios, a salvo la curiosa y pacífica aceptación de las desigualdades vasca y navarra.

Rajoy no tiene ninguna culpa de lo que ha pasado en Cataluña;  no fue culpa de Rajoy recurrir un Estatuto aprobado en el Parlament y en el Congreso; ni culpa de Rajoy no autorizar el Estatuto; ni fue culpa de Rajoy no hablar nunca con Puigdemont, ni tampoco fue culpa de Rajoy el apaleamiento de las FCSE que nos hizo recordar a todos las de los grises; ni fue culpa de Rajoy .... nada. Toda fue de Zapatero. Rajoy es una persona muy afortunado. De todas sus torpezas el culpable es Zapatero.

0 comentarios:

Publicar un comentario