Pese a la
evidencia histórica que hemos expuesto el prejuicio permanece. El capitalista
explotador parece tener introducido en su ADN la creencia de que su riqueza
aumenta a medida que los salarios de sus trabajadores disminuyen. Son siglos
innumerables de explotación del trabajo primero del esclavo, luego del siervo,
luego del empleado como para poder erradicar este trastorno celular. De nada sirve que la realidad experimental,
la única verdad...