Interesante
el artículo “Una decisión histórica” de M. Pulido Quecedo, profesor de Derecho
Constitucional de la Universidad de Navarra (EL MUNDO, 28.01.2018).
El autor se
felicita porque el proyecto de la investidura del “diputado electo Carles Puigdemont
el próximo día 30 de enero ha sido cortada en seco por el Tribunal
Constitucional en una decisión que pudiéramos calificar de histórica” y sin
duda lo es; un error histórico.
La decisión
“va más allá de la admisión de la impugnación por el cauce impugnatorio que
prevé el artículo 76 de la LOTC, al decidir la suspensión cautelar al amparo
del art. 161.2 CE”. Además el TC ha declarado “que el candidato Puigdemont debe
acudir “personalmente”, entendiendo por ello “in corpore” en una interpretación
que atenta con lo que establece el art. 9.2 CE78 que exige facilitar la
actividad política. Por último declara que “declara radicalmente nula y sin
ningún valor cualquier otra actuación que contradiga las medidas cautelares
adoptadas”. Sin duda se trata de una creación de “Derecho procesal
constitucional” en vivo más que muy discutible por su presunta ilegalidad.
Recuerda el
autor que “los juristas americanos que “hard cases make bad Law”, que los casos
difíciles hacen mal Derecho” pero luego dice que lo hecho no es “mal Derecho”
legando que “ha pacificado y clarificado una cuestión nodal para nuestra
tiempo, que es la del “valor y esencia de la democracia” en Cataluña, algo
imposible de hacer porque éste régimen no es una democracia, es una dictadura
monárquica de origen fascista.
Alaba el
autor al gobierno porque “sólo los que arriesgan ganan” y añade que lo hace
“con el concurso del TC que, como guardián de la Constitución y como garante
del equilibrio entre los poderes constituidos, ha puesto las bases en una
decisión histórica”. Recuerdo ora decisión histórica del TC apoyando también al
Gobierno: declaro delictivas las declaraciones de Otegui sobre el Rey y el TJUE
exigió que lo indemnizaran porque sólo había ejercido su libertad de opinión.
También revoco su decisión sobre el suelo de los intereses de las hipotecas.
El autor lo
reconoce cuando dice “no siempre el Tribunal Constitucional ha acertado con sus
resoluciones sobre Cataluña” con lo que
lo único que queda claro es que en esos casos hizo todo lo contrario que “pacificar
los asuntos sometidos a su jurisdicción, con una argumentación convincente”,
porque no lo es.
El TC sin
duda “ha hablado” pero no ha “pacificado la cuestión suscitada” y remite a “las
fuerzas políticas catalanas saber escribir la letra pequeña de esta resolución,
escrita bajo el signo de la defensa de la vigencia del Derecho y de la
democracia”.
No me cabe
duda que lo harán pero ante el TJUE, que volverá revocar la decisión del TC.
0 comentarios:
Publicar un comentario