¡SÉPTIMA FALSEDAD: “Y que tienen en común esos países? Evidentemente:
todos son monarquías”. ¿Cómo que todos si la mayoría son repúblicas? Lo que
tienen en común esas monarquías ¡no otras!, es a) ser del norte; de Europa,
como Alemania, Finlandia, Islandia, o de América: Canadá, USA, b) ser blancos y
c) no ser católicos. Todas la cumplen el 100 % de los 10 primeros. En España somos
católicos, somos del sur y somos morenos. Y somos la “única monarquía”
inventada por un dictador militar.
OCTAVA FALSEDAD: “quien siga pensando que la monarquía tiene poco que
ver con la modernidad y es una antigualla de otros tiempos haría bien en
revisar su opinión. Revisemos nuestra opinión: Finlandia, Islandia, Canadá,
USA y Alemania son repúblicas; también Nueva Zelanda y Australia (Commonwealth).
Quizá la única conclusión que quepa es que la forma de gobierno, en cuanto a
este ranking, depende de la educación recibida de sus ciudadanos: ninguno es
católico. ¿O es eso una coincidencia?
NOVENA FALSEDAD: Consiste en tomar datos parciales de los porcentajes y
mezclarlos al tuntún, supongamos que por ignorancia, que por malicia sería peor.
Es típico de quienes ignoran el verdadero significado de los números
(ignorantes) o de los que quieren engañar al lector poco familiarizado con los números (malvados). Veamos a los
datos:
a.- de
las monarquías que conservan la esencia de la monarquía: Arabia Saudita,
Brunéi, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Qatar, Swazilandia, nadie querría vivir
en ellas, ¡sobre todo si fuera mujer!
b.- de las monarquías donde el
monarca todavía manda algo: Bahréin, Bután,
Jordania, Kuwait, Liechtenstein,
Marruecos, Mónaco, Tonga, dudo que nadie eligiera más que dos.
c.- de las monarquías vergonzantes,
las parlamentarias donde el rey es un parásito: Bélgica, Camboya, Dinamarca, España, Japón, Lesotho,
Luxemburgo, Malasia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y
Tailandia, ningún español elegiría la
mitad y si pudieran elegir preferirían sin la menor duda Alemania, Australia, Canadá,
Finlandia, Islandia, Nueva Zelanda, los USA sin dudarlo mucho; y nadie me venga con el cuento de que la Reina de Inglaterra lo es
de los países de la Commonwealth; son repúblicas con liturgia monárquica por
pereza.
DÉCIMA FALSEDAD: “Lo sustancial es la calidad
democrática, y en esto la evidencia habla pro si sola, la República no aventaja
en nada a la Monarquías, al contrario”. Un
país cuyo Jefe del Estado procede el éxito de la coyunda de sus padres, derecho
del que carecen los demás, ¿tiene mayor
calidad democrática que si lo eligen libremente ciudadanos iguales en sus
derechos? Si alguien lo cree debe visitar a un psicólogo o a un profesor de
historia o derecho.
UNDÉCIMA FALSEDAD: “¿Cuál es la alternativa?
¿La república? En teoría parece lo más racional, pero los españoles ya lo hemos
intentado. Y no una, sino dos veces. Dos Repúblicas ambas ilusionadamente
recibidas por unos u otros…” No es cierto,
los que odia la democracia siempre se
opusieron a la República. Ya durante el reinado de Amadeo I de Saboya, que era
progresista, los alfonsinos y carlistas borbónicos y la iglesia católica lograron
hartarlo hasta que dimitió. Proclamada la I República se siguieron oponiéndose alfonsinos,
carlistas y la iglesia; no soportaban la separación de la iglesia y el estado, la
abolición de la esclavitud en Puerto Rico, lograron frenar la de Cuba,
reducción a 21 años de la mayoría de edad, etc. Sufrió varios intentos de golpe
de Estado. Al final “se impuso ese ejemplo de calidad democrática de los Borbones:
el Golpe de Estado” (General Pavía y Martínez Campos). Dado el éxito logrado lo
repitieron con la II República, también con éxito, a la que se opusieron fascistas,
borbónicos, carlistas, la iglesia, etc., por sus progresos en educación pública, sanidad pública, derechos
laborales, reforma agraria, etc. Tras varios intentos golpistas “se impuso ese
ejemplo de calidad democrática de los Borbones: el Golpe de Estado (General Franco)”.
El actual heredero franquista es ejemplo de democracia para todo el mundo y
galaxias cercanas.
Dijo
un amigo mío, finalizada una discusión formal: hasta ahora estaba convencido de que mis argumentos eran correctos;
tras oír los suyos en contra ya no me cabe ninguna duda.
Eso
mismo me ha pasado a mí después de leer al Sr. Lamo de Espinosa.
0 comentarios:
Publicar un comentario