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1 jul 2014

La injusticia universal

El Gobierno de esta dictadura monárquica que hay en España alega que la reforma de la justicia universal que ha aprobada " homologa nuestro régimen jurisdiccional con el de países como Francia, Alemania, Reino Unido o los Estados Unidos de América" revela la infinitud de su descaro.
En primer lugar tres de esos regímenes son repúblicas democráticas, pero tampoco es posible la homologación con el Reino Unido porque su dictadura monárquica, al menos, es consuetudinaria y la de nuestra fue impuesta por la voluntad de un dictador y del jurado heredero de su dictadura el abdicado monarca del Movimiento Nacional Juan Carlos I.
La cuestión se plantaba en términos absolutos de derecho a la justicia no en el infantil argumento de “y tu más” propio de delincuentes. Los USA con su reciente historia de Abu Graib, la vigente de Guantánamo y la Patriotic Act en pleno ejercicio les “concede” - y  la ejercen a diario- licencia para matar donde y a quien les venga en gana son un exponente de injusticia nacional y universal tan perfecto como  Israel que tiene ese derecho concedido por el mismo dios de Abraham que reivindican los musulmanes igualmente asesinos-
Es un descaro declarar que la reforma operada en la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) "en ningún caso elimina la posibilidad de perseguir delitos de tanta gravedad como el de genocidio y lesa humanidad, o los delitos de terrorismo, piratería, narcotráfico y otros" tras  recibir la felicitación del Gobierno Chino al ver que con esa reforma ya no se perseguía el delito de genocidio del que estaban acusados sus dirigentes. Añadir que la reforma ofrece vías más eficaces para combatir y reducir la impunidad de los delitos más graves a los que nos enfrentamos revela que el Gobierno actual no tiene límites intelectuales.
El argumento de que se quiere promover “que el país competente o el Tribunal Penal Internacional, juzguen este tipo de delitos” es una falsedad porque, p. ej., ni los USA, ni Israel ni China aceptan la competencia del TPI para enjuiciar los delitos que ellos cometen.
Precisamente esa modificación lo que hace es garantizar que cuando un Estado no tenga jurisdicción para enjuiciar unos hechos determinados carezca de los mecanismos necesarios para facilitar su persecución por quien, debiendo perseguirlos (el Estado con Jurisdicción de acuerdo al Derecho Internacional o el Tribunal Penal Internacional), la complicidad de ese estado con los delincuentes, o el propio estado delincuente garantizará un inmenso espacio de impunidad.
La conclusión del Gobierno de que “la nueva regulación del artículo 23.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, autoriza la atribución de Jurisdicción a los Jueces y Tribunales españoles, en todos los delitos relativos al tráfico ilegal de drogas en alta mar, previstos por los Convenios Internacionales" revela su capacidad para declara que los lunes son jueves si así lo deciden las Cortes Generales. De hecho ha declarado que el ciudadano Felipe es un rey democrático lo cual no nos debe de sorprender porque hace tiempo ya declaró que el finiquito de Bárcenas era un finiquito en diferido.
Con la ley aprobada que permitió, gracias a la intervención del juez Garzón, que los chilenos pudieran desembarazarse del dictador Pinochet al que, en caso contrario, hubieran rendido un homenaje en su fallecimiento, España había recuperado la dignidad adquirida con el Padre Victoria como creadora del Derecho Internacional y ahora se ha quedado a la altura de cualquier dictadura o de las Repúblicas que, aunque democráticas, reivindican el derecho al asesinato de Estado o al asesinato de los que le molesten.
Está claro que ¡no nos representan!

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