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20 ago 2017

Hablemos de la soberanía del ciudadano (I)

El Prof. Peralta, que lo es de Derecho Constitucional en la UCM publicó un artículo: “España: estado unitario-autonómico vs estado federal-plurinacional” (LA RAZÓN, 14-08- 2017) en el que niega la realidad al confundir los sentimientos y la realidad sociológica con las estructuras políticas vigentes y haciendo pasar como ciertas algunas falsedades además de ignorar la historia próxima que sigue gravitando sobre la realidad y no se puede negar ni ocultar por más que se pretenda erradicar la memoria histórica, una memoria que algunos llevamos en la piel y que otros conocen porque son personas ilustradas.
El hecho de que el art.1.1 CE78 declare que “España es un estado social y democrático de derechoes la primera falsedad de la Constitución no es buen punto de partida para argumentar nada. Se gestó sin libertad bajo los mismo sables de los que atropellaron la legalidad vigente que intentaron acabar con ella el 23-F como hicieran con la constitución que esa sí que era realmente democrática de 1931 porque fue votada sin ninguna amenaza por todos los españoles. La falsedad reside en hacer pasar por democrático lo que es parlamentario, dos palabras que no son sinónimas. Bajo Luis XIV había unos Estados Generales, más o menos democráticos, pero era una monarquía absoluta. Ésa es la esencia de todas las monarquías pero cuando no pueden imponer ese abuso tragan lo que haga falta, perjurar la defensa de los Principios teocrático-fascistas del Movimiento Nacional,  para poder seguir parasitando a sus súbditos enriqueciéndose sin tasa su costa y llamándoles ciudadanos en vez de súbditos, que es lo que siguen siendo, para disimular el engaño.
Ninguna constitución declara que un estado es divisible; de eso se encarga la vida real  Hoy no existen las mismas fronteras que en 1900; ¿se necesita mayor demostración de lo poco que importa que una Constitución declare indivisible a un Estado? En 1795 desapreció Polonia; resurgió en 1916. Israel desapareció durante muchos más siglos. En el S. XX aparecieron estados independientes que nunca lo había sido. Dejémos de creer nuestras propias mentiras.
Lo que hoy es España con su estructura autonómica no es lo que era antes de 1978; p. ej., había una provincia que era el Sahara que dejo de ser parte de la España “indisoluble”. Tampoco será lo que llegará a ser cuando al fin recupere la democracia de la que se nos priva, que sólo existe bajo una forma republicana sea ésta unitaria, federal o confederal cuando sea verdad lo que dice el art. 1.2 CE78: “la soberanía reside en elpueblo español del que emanan todos los poderes del Estado”, que es la segunda falsedad de la CE78; el poder del Jefe del Estado emana de la decisión del dictador militar Franco, que implanto el terror según ordenó el General Mola, por entonces cabecilla del Alzamiento terrorista que triunfó militarmente.
La plurinacionalidad es un sentimiento constante que arrastra la historia de España y que tuvo distintas manifestaciones antes y después de Carlos I, antes y después de Felipe V, ante y después de Fernando VII y de todos los sucesivos borbones por medio de sucesivos golpes de Estado militar lograron reinar: Fernando VII con dos, del General Elio y de los 100.000 hijos de S. Luis;, uno de Martínez Campos para que reinara Alfonso XII; un autogolpe de  Primo de Rivera para que siguiera gobernando Alfonso XII¡;  el último de Franco 8que nombró rey a Juan Carlos I; esperemos que los borbones no sigan recurriendo a más golpes de Estado para imponerse a la voluntad democrática de los españoles libremente expresada.
El sentimiento plurinacional existe tenga una u otra formulación política. Cuando la que tenga satisfaga los sentimientos de los ciudadanos se iniciará el mismo futuro de prosperidad que se iniciara en 1931 y que atropelló el terrorismo genocida de los que, para nuestra desgracia histórica, lograron triunfar por la fuerza de sus armas y las nacifascistas.
Sin duda nuestra estructura es “original” pero esa originalidad se puede mantener sabiendo gobernar atendiendo a la realidad sociológica de la que nace la realidad política o se puede dinamitar con una visión esterilizante y no evolutiva de respeto a la libertad individual. Resulta contradictoria la tesis del Prof Peralta, negando la realidad cuando luego añade: la organización territorial del Estado debe responder a una realidad, a las peculiaridades de cada nación en su conformación territorial y que es el resultado de un determinado proceso histórico” tras lo cual estropea un buen razonamiento al concluirque, finalmente, debe ser considerado en la configuración político-constitucional de cada Estado”, al considerando lo que hay hoy como algo ya inamovible y no una parte más del proceso histórico que ocurra en el futuro; en el futuro que es hoy respecto a 1978 y en el que será mañana respecto a 2017.
Tras ello afirma con total gratuidad que “estamos de acuerdo en la necesidad de una reforma en dicha estructura territorial, pero una reforma que sería más un ajuste moderado y racionalizador que una pretensión liquidadora de la misma, lo que sería un ejercicio gratuito y estéril de voluntarismo político radical, ya sea en un sentido federalizador o en otro centralizador, desconsiderando los consensos - los dinamitó el Gobierno de España con la Generalitat con su no diálogo sobre una consulta no vinculante - y mayorías sociales existentes” que se ignoran porque no consta - los sondeos del CIS no son un dato válido - la opinión de las mayorías - que no por ello tienen derecho a atropellar a las minorías - porque el Gobierno de España impidió conocer esa opinión no vinculante ¡cuando la CE78 lo permitía!
Sin duda, como dice el Prof. Peralta  “el llamado “proceso autonómico” aún sigue abierto, desarrollándose de manera general y desbordando las consensuadas previsiones constitucionales, de manera que la transformación del Estado español se está haciendo por vía indirecta mediante la articulación de las comunidades autónomas sin acudir al legislador constituyentelo que en su opinión “ha conducido al desbordamiento del concepto de autonomía” omitiendo que ello se debe a la falta de voluntad del Gobierno de España en coordinar ese desarrollo de modo homogéneo incrementando falseando las propuestas presentándolas como un conflicto de querer atribuir más derechos a unos que a otros cuando podrían haber incrementado de formaconsensuada los derechos de todos por igual.
Pero es una pretensión inmovilista la última propuesta del artículo: cerrar, en esta materia, el proceso constituyente de 1977-78 retornando con garantías al espíritu del poder constituyente que de facto se ejerció consensuadamente por el Parlamento elegido en junio de 1977. La pretensión de “cerrar la historia de una evolución” es ahistórico; “el espíritu de consenso” de 1977 es un invento que nunca existió; sólo hubo maniobras bajo la amenaza de un golpe de estado militar, que se produjo al fin aunque no triunfó del todo.

Frente a la tesis de la soberanía del pueblo debe oponerse que la soberanía reside en cada persona, ese hallazgo genial de los griegos: el ciudadano libre, que con su voto igual delega en diversas instituciones el ejercicio de su soberanía que residirá siempre en él! Nada de eso se opone, por el contrario es su fruto, a la igualdad de derechos y obligaciones para todos los españoles vivan donde vivan, para clarificar el concepto de autonomía atribuyendo con nitidez al Estado las competencias necesarias”. Y si una parte de los españoles no quiere seguir junto a los demás, eso pasó en paz entre Noruega y Suecia y entre Chequia y Eslovaquia, lo que procede es buscar la solución y no encizañar el problema. Éste no si se consensuan las consecuencias de la decisión antes de la votación y no después, como irresponsablemente hizo el Gobierno del Reino Unido y ahora están que no saben cómo salir del embrollo que crearon.

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