Las costumbres nacen de la habitual repetición de
comportamientos que, iniciados por una persona o dos, todo empieza siempre con
la actuación de una persona o dos, los demás empiezan admitirlos hasta que la imitación
se generaliza tanto que se convierte en costumbre.
El paso de la costumbre a la tradición es también
difuso. Del mismo modo que las costumbres no las practican todos, pero no por
ello dejan de ser una costumbre, tampoco está claro cuánto tiempo tiene que
practicarse la costumbre hasta que se convierte en tradición, lo que le otorga
un marchamo de expresión de la voluntad popular ¿democrática?
El nepotismo es una tradición, sobre todo en los
países corruptos. En España a la sombra de un Ministro, un Presidente de Autonomía
o un Alcalde surgen en la estructura administrativa muchas personas de idéntico
apellido cuya vocación era desconocida. Son fáciles de identificar si el
apellido es sonoro y poco habitual; se nota menos si el apellido es más común.
Siempre pensé que si hubiera estudiado historia moderna, sociología o
periodismo hubiera hecho mi tesis sobre el fondos árbol del franquismo ería un
viendo los injertos de sus frodosas ramas en la administración, la industria
los negocios” y su acceso, vía empresas estatales y paraestatales, a las
familias de la alta burguesía, incluida la nobleza heredera de las heroicas
gestas medievales o de otras menos heroicas y modernas; las familias “de toda
la vida” de acuerdo con el precepto “al patrimonio por el matrimonio.
También el juancarlismo ofrece ya una hermosa
cosecha de tesis doctorales, que el felipismo ha heredado, a título lucrativo o
no, porque iba en el cargo, sin que se sepa todavía que, esquejes aparte, haya
generado ningún árbol de nuevo cuño. Nadie puede sorprenderse, ha ocurrido
desde siempre por costumbre o tradición y seguirá pasando hasta que sea verdad
que la selección se haga “por su mérito y capacidad”, pero si indignarse. Ahí
reside la “esencia de la xenofobia” racista. Puede ser tan rico como nosotros
“pero no es de los nuestros”. Eso le dijeron a un “triunfador” que acabó
cayendo en el pozo “del que saliera. Eso debió saber leyendo a Castelao donde
dos pobres explotados labriegos alababan; “’que ruin era o noso cacique, ¡pero
qué listo!” con un amargo deje de orgullo por la vileza de la planta patria.
Recuerdo un caso muy sonado bajo Fraga Iribarne, sonido
de un día, que se produjo en unas oposiciones en Orense. No recuerdo la cifra
con detalle, pero resultó que los siete primeros números de la oposición eran
todos hijos de sus padres, que eran los que tenían cargos en la administración
como políticos del PP o personas de singular peso, aunque no ejercieran su
poder desde cargos públicos sino desde el delas donaciones al PP “legales, por
supuesto” diría Tejero.
No ya la sombra del nepotismo, porque no eran
“cargos de libre designación” que es la denominación actual del “nepotismo
legalizado” sino de la pura prevaricación en las oposiciones. Fue tan, digamos,
estadísticamente sorprendente que el Presidente Fraga Iribarne fue objeto de
interpelaciones en una rueda de prensa donde razonó de modo impecable: “No hay
nada irregular; es algo de pura lógica. Muchas personas cuya ideología coincide
con la del PP tienen una discreta fortuna personal o son profesionales intelectuales;
ellos, mejor que nadie saben que la mejor herencia que pueden dejar a sus hijos
es que tengan la mejor formación personal y profesional. Por eso invierten su
patrimonio, como hace todo el mundo se mucho o poco, en que vayan a las mejores
universidades, que aprendan más idiomas, que obtengan el Máster y su es posible
el Doctorado, que completen su formación en el extranjero si es posible, etc.
Claro que como su patrimonio es mayor desde su infancia sus probabilidades de
formación han sido muy superiores a la media y a poco que las aprovechen el
fruto de su esfuerzo es una mejor preparación sobre la media. Lo sorprendente
sería que hubieran sacado peores calificaciones que los que tuvieron peores
oportunidades en unas oposiciones libres”.
Hubo un silencio. No había ninguna objeción a esta
explicación; su lógica y racionalidad eran perfectas. No obstante, surgió una
objeción lógica: “sí, pero uno de esos siete era yerno y no hijo de principales
del PP; su familia no le pudo ofrecer todas esas oportunidades a las que Vd. se
refiere; ¿cómo explica esa coincidencia?”. Se produjo otro silencio. La objeción
tenía la misma lógica racional que la justificación. Pero eso era poca objeción
para “tanto Fraga”. Burlonamente dijo: “como que las hijas de estas personas
iban a casarse con alguien que no fuera de primera línea; pero eso demuestra justamente
lo contrario a lo que Vd. presumo que insinúa; la gente con gran capacidad
aunque tenga pocas oportunidades sabe hacerse un hueco en una oposición libre
donde se selecciona los candidatos por su mérito y capacidad”. ¡Bingo!
Casado ha demostrado ser de los que emergiendo
desde “el pueblo” ha demostrado una gran capacidad: aprobar 12 asignaturas de
la licenciatura en un semestre mientras trabajaba como Diputado de la Comunidad
de Madrid y además era Presidente de Nuevas Generaciones.
Tras semejante alarde ¿qué tiene de especial no
necesitar ir a las clases para aprender de los profesores y sin necesidad de su
ayuda lograr cuatro sobresalientes presentando unos trabajos sin necesidad ni
de discutir su valía públicamente? Sobradamente preparado.
Y si la UJCI decide convalidarle 18 asignaturas de
la especialidad del master por las asignaturas generalistas que aprobó en su
licenciatura ¿acaso él es responsable de cómo se organiza la universidad? Tal
como lo cuenta más bien parece una víctima que no un beneficiado.
¿Cohecho impropio? ¿Prevaricación administrativa? Como
dijera Mariano Rajoy en relación con la Gürtel “”eso no es una maniobra del PP
es una maniobra contra el PP. Y añadió en el caso de Bárcenas “nadie podrá
demostrar que hemos hecho algo ilegal”.
Sin duda quizá
tenga razón; pero eso no quiere decir que no se haya hecho nada ilegal
De todos modos, lo que hay es “pura envidia” de l
bien que lo están haciendo en el PP.
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