Fue un
error del Sr. Puigdemont no haber elegido
el 4 de julio para proclamar su ley de desconexión del resto de España. Eso le
hubiera granjeado la simpatía de todos los “usacos”. Sus viejos gritos cuando
rechazaron pagar impuestos sobre el té:
¡Londres nos roba!, hubieran resonado en su memoria histórica de americanos
ante el grito de los independentistas catalanes ¡España nos roba! Ambos tienen
en común la falsedad del argumento y ya se sabe que no hay mejor complicidad
que la que se basa en el intento de engaño a los demás.
Faltaron unos
cuantos catalanes de pro disfrazados de españoles que imitaran a los americanos
que se disfrazaron de indios mientras tiraban los fardos de té al Hudson, que tiraran
cajas de vino del penedés o cava catalán o calçots para que quedara clara la
afrenta del resto de los españoles a los pobres independentistas colmando así de
razón sus argumentos.
Por la parte
española, sin embargo, la necedad del comportamiento del Presidente del
Gobierno de Su Majestad franquista Felipe VI de Franco superó con mucho la
necedad de que hizo gala el Primer Ministro del Gobierno de Su Majestad
británica, Frederick North, en 1773.
Eso no
debe de sorprender a nadie; es lo que cabe esperar porque la historia ha
consagrado esa realidad en el refrán “detrás de mi vendrá que bueno me hará”.
Eso ha pasado con el actual Presidente del Gobierno de Su Majestad Felipe Vi de
Franco. Tiene su haber de errores colmado con harta generosidad. Una tarta de errores
coronada recientemente por la guinda más corrupta que cabe imaginar: el Real
Decreto Ley de Amnistía de delincuentes y defraudadores de la Hacienda Pública
hecha para favorecer, presuntamente, a miembros de su partido o voluntarios "mecenas" del mismo. Y digo presuntamente porque al ser secreta la identidad de
los delincuentes beneficiados no se puede hacer más que presumirlo,
Fue la
guinda más corrupta nunca vista en España, pese a la cosecha generosa de los
últimos años. Una guinda de la que no se salvó ni una coma, ¡mérito que no se
le puede negar por lo perfecto de su corrupciuón Hasta ahora algunas Leyes y otras normas
merecieran que el TC declara que uno o varios artículos fueran declarados inconstitucionales,
incluso sólo algún párrafo o, en algunos casos tan sólo unas contadas palabras de un
solo artículo.
En este caso la nulidad de pleno derecho no se refiere al
contenido, ¡vergüenza que se han ahorrado! La corrupción ha estado en el
procedimiento de promulgación del Real Decreto Ley. Es para tirarla íntegramente
a la basura; ¡ni eso!; la basura puede ser reciclada.
Todo un ejemplo de corrupción institucional sobre
el que no cabe la disculpa del reciente brote de Alzheimer de los Secretarios
del PP que presumimos que habrán contagiado también al Sr. Rajoy, como en breve
podremos comprobar. Aquí ya no se trata de las ranas de la ciénaga de la Srª
Aguirre. Croó el Sr. Montoro en la charca del Gobierno y le respondieron a coro todos los Ministros
con su Presidente a la cabeza. Croó todo el Gobierno y todas las ranas del PP le
respondieron a coro desde la ciénaga del Congreso. Pero tanto croar no bastó
para aturdir al Tribunal Constitucional que arrojó a la ciénaga todo entre el
croar destemplado.
Este alarde de capacidad de gobierno está en
estrecha competencia, aunque aquí cuenta con el apoyo del TC, con su actuación política
ante la petición de algunos políticos catalanes de que toda la ciudadanía
catalana opinara. ¿En qué queda la libertad de opinión si se prohíbe colectivamente?
Porque no se trataba de decidir sino de
opinar si querían seguir siendo parte de “esta España” o no, asunto en el que muchos españoles no catalanes
también estamos de acuerdo: ¡queremos otra España!; una que sea
democrática y donde la corrupción sea perseguida en serio por el Gobierno.
Esa consulta era posible, ¡incluso
dentro de esta CE78 con la que tantos queremos acabar por su inmenso déficit
democrático! Bastaba que el Gobierno del Sr. Rajoy la hubiera autorizado porque
lo permite la CE78 engendrada dentro del contexto totalitario y
franquista que presidía Juan Carlos I de Franco, heredero del mayor genocida
que conoció la historia de España - ¡superando en sus 40 años los cinco siglos
de Inquisición todos juntos! Él de modo público le alabó “por todo lo que
había hecho” y, ¡más aún!, le juró que continuaría aplicando
sus leyes, lo que por suerte no logró del todo.
Una mediana capacidad política, pedir un
inteligente comportamiento comprendo que sería mucho, hubiera permitido pactar los
términos de la consulta, la forma de ejecutarla, las exigencias de mínima
participación y mínimo número de votos para que prosperara, la frecuencia en
poder volverse a repetir, etc., etc. Todas esas oportunidades políticas pérdidas revelan la capacidad del Sr.
Rajoy.
El Sr.
Rajoy, sus bases están con él, pertenece a una ideología propicia al enfrentamientos. no a la que encuentra soluciones. El Sr. Rajoy no es
un político que sepa unir, sólo sabe enfrentar; es un mal pescador, tan malo como Franco, que sólo
sabe pescar en río revuelto. Si el río está calmado él se encarga de
revolverlo, Montoro le ayuda. Felizmente no es capaz de dar un golpe de estado militar como hizo Franco, pero ha logrado, con sus colegas nacionalistas catalanes, enfrentar a la sociedad civil. Y mientras tanto unos y otros distraen la atención de la corrupción que mina sus partidos y empobrece a los trabajadores; mientras los ricos se hacen más ricos como acabamos de ver.
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