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11 dic 2016

La “Seguridad Económica” descansa en la “Seguridad Social”: VII. El cierre del circuito

Henos visto que desde el punto de vista macroeconómico la reducción de la jornada laboral aunque incrementaría los gastos empresariales al aumentar los ingresos produciría más beneficios.
Una semanada laboral de 24 h/semana se puede dividir en 3 días de 8 h o 4 de 6 h que sería lo preferible. Veamos las ventajas de esta jornada:
1.- Las actividades de producción podrían realizarse de 8.00 a 14.00 lo que permitiría ahorrarse el descanso de 20 minutos que beneficiaría la productividad de la empresa en un 20/6*60 = 5,6 %.
2.- Al poder ir a comer a casa sin tener que volver por la tarde disminuiría el tráfico, la contaminación urbana, sobre todo y el coste del transporte que se ahorraría el trabajador aumentando su salario neto.
3.- Al disponer de las tardes libres podría conciliar su vida social y familiar y la laboral llevando o trayendo a los hijos a la escuela o teniendo más relación con sus padres, su cónyuge o sus amigos.
4.- También dispondría de más tiempo para poder mejorar su capacitación profesional y sus estudios así como en actividades sociales y civiles de colaboración ciudadana y políticas.
5.- Las actividades comerciales podrían hacerse por la tarde lo que disminuiría el tráfico urbano y si se arbitrara un día entre semana donde bancos y organismos públicos, ayuntamiento, etc. Abrieran por la tarde la mejora de las opciones de gestión serían infinitas.
6.- A salvo de las limitaciones por los hijos en edad escolar los fines de semana serían desde el jueves por la tarde, viernes, sábado y domingo unas mini-vacaciones de 3 días y medio. Combinando los días de vacaciones de verano se podrían tomar cuatro días empalmando dos fines de semana y tener medio-vacaciones de 10 días y medio.
7.- Estas opciones vacacionales permitirían a las instalaciones hoteleras hacer ofertas a bajo precio fuera de temporada que fueran interesantes para sus clientes y beneficiosas para ellos al poder mantener abierto el hotel todo el año. Este beneficio extra les permitiría ser más competitivos en la temporada alta bajando algo los precios frente a los demás países que siguen con su obsoleta jornada de 8 h/día.
¿Qué pasaría con el Estado?
1.- Si el salario medio es de 16.000 €/año. Un incremento del 4 millones de parados sería un incremento de 64.000 M€/año en circulación con el gran efecto multiplicador de esta circulación en los bancos.
2.- Supuesto un 8 % de IRPF tendríamos  5.120 M€/año de recaudación
3.- Si suponemos un 90 % de gastos de los (64.000 – 5.120) M€ = 58.880 M€ el ingreso por IVA, supuesto un valor medio de 18 %, sería de  10.598 M€ que sumados a los 5.120 M€ aumentarían las obras públicas produciendo una reactivación en la economía que realimentaría los ingresos sin necesidad de subir los impuestos.
4.- Se mejoraría la situación económica; en lugar de seguir reduciendo el bienestar social, ya inexistente, se empezaría a recuperar el poco que tuvimos en sanidad, educación, investigación y desarrollo y derechos sociales. Además el riesgo de que quebrara la Seguridad Social desaparecería.
5.- Una situación de pleno empleo trae aparejada una disminución de la criminalidad lo que reduce los gastos judiciales y policiales que libera más dinero para mejorar los servicios sociales.
6.- El incremento de la circulación del dinero aumentaría su oferta facilitando los beneficios de los bancos a través de préstamos a los ciudadanos y a los empresarios que podrían actualizar sus empresas aumentando su competitividad en el mercado global con el correspondiente ingreso de divisas.
7.- La disminución de los viajes in itinere, casi al 50 % reducirían los accidentes laborales in itinere con beneficio para los interesados y para las empresas y aseguradoras y además reduciría la demanda de combustible 100 % importado reduciendo el gasto en divisas.
8.- El problema de los CIE desaparecería porque todos los inmigrantes irregulares se convertirían en trabajadores legalizados lo que provocaría otro ahorro inmenso al poder cerrar todos esos centros que de nuevo se destinarían a obras públicas y servicios sociales: educación investigación y desarrollo, sanidad, etc.
                Todo eso y más sería el resultado de una disminución de la jornada laboral que “pusiera en valor”, como dicen los pijos, la realidad de una masa laboral ociosa y que si bien es dudosa que sea la mejor preparada del mundo si lo es que tiene una potencialidad que después del inmenso costee social que significó obtenerla se deteriora día a día por su inactividad.
                Señores políticos, ¿a qué esperan si de todo lo dicho sólo hay beneficios para los ciudadanos trabajadores, lo que incluye a los empresarios y excluye a los especuladores y rentistas que holgazanean parasitariamente nuestra costa que, no obstante seguirían haciéndolo?

                En 1950 un solo salario mantenía una familia. .En 2016 dos apenas permiten un buen pasar

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