Decíamos
ayer que la reducción de la jornada laboral a 24 (40%) supuesta una repercusión
salarial en el precio de venta del 30 % significaría un encarecimiento del 30 %
* 40 % = 12 %. Pero la repercusión es menor.
Los nuevos trabajadores, sin experiencia, cobran un 60 % menos que los que
tienen 30 años de experiencia, es decir, 10 trienios y una mayor cualificación
profesional; eso conduce a que la
repercusión salarial de la reducción de la jornada laboral sea menor: 12 % * 60
% = 7,2 %.
Y dada su
mayor formación para el trabajo con ordenadores y tecnologías de la
comunicación su rendimiento sería
superior. Si suponemos una productividad un 30 % mayor quiere decir que cada
trabajador joven haría el trabajo de 1,3 personas de la actual plantilla y eso
exigiría menos personal y entonces la repercusión en el precio final del
producto sería 7,2 % /1,3 = 5,55 %.
Aunque este
encarecimiento es mínimo a muchos empresarios les resultaría más beneficioso
comprar nuevos equipos más productivos si con ello disminuían el número de
trabajadores. Y si suponemos que esas nuevas inversiones implican una reducción
del 10 % de personal significa que el encarecimiento por la reducción de la
jornada laboral sería solo de 5,5 %* 90 % = 4,95 %. Y Con ello, al modernizar
la empresa la harían más rentable en el mercado exterior.
¿Ha visto
Vd. las bajadas de precio que se han producido por todas partes? Todas ellas
superiores al 5,55 %. ¿No cree Vd. que todos los empresarios se darían con un
canto en los dientes si pudieran vender tanto como antes sólo un 5,5 % más
barato? Pues así se cierra el círculo.
Mejor
dicho, así empieza la espiral porque en ese momento empezaría a haber una
demanda muy superior a la que había antes y todo volvería a relanzarse ¡pero
sobre bases ciertas y no especulativas! Sobre las bases ciertas nacidas del
reparto de la riqueza que convierte a los trabajadores en consumidores porque
tienen capacidad de consumir.
Porque
dentro de esa espiral de progreso estarían los trabajadores que podrían pagar
sus deudas del piso en el que “les enredó el banco” y al poder pagarlo las
empresas ¡incluso esos corruptos especuladores!, no entrarían en quiebra; y si
es verdad que las casas no seguirían vendiéndose a ese ritmo seguirían
vendiéndose a un ritmo que los especuladores podrían soportar como pérdidas sin
producir la bancarrota que ¿obligo? Al gobierno corrupto a robarnos nuestro
dinero y “salvar a los bancos corruptos” en lugar de nacionalizarlos ya que el
dinero era de los ciudadanos de la nación.
¿Por qué no
hizo esto el gobierno? Está claro, porque en su avaricia no soporta que los
trabajadores sean personas que tienen derechos y prefiere que sean personas que
signa mendigando el trabajo como en los “viejos tiempos” cuando iban a la plaza
del pueblo y el señorito decía “tu”, “tu”, “tu”, …. Y sin hablar de jornal, ¡se
pagaba el que el señorito quería!, ni de derechos, ¡que no los había!
Eso es lo
que hacen ahora los señoritos de la CEOE con su expresidente – hoy encarcelado
– a la cabeza que decía que había que trabajar más y cobrar menos ¡Cómo si no
podría el robar más? Por eso todos están tan contentos, ¡salvo los que todavía
piden más reducción de los derechos laborales y menos respeto al valor del
trabajo!
Mucha gente
dice que el PP no ha cumplido con su programa ¡vaya si ha cumplido con él! Ha
cumplido con su programa en diferido, el que no contó porque lo tenía preparado
para aplicarlo en diferido; diferido al momento en el que se hiciera con el
poder y pudiera privar de sus derechos a los trabajadores y usar su dinero para
hacer que los ricos sean más ricos y los trabajadores más pobres estén
dispuestos a trabajar por nada.
Lo que se
propone es acomodar la jornada laboral al incremento de productividad que se ha
producido como consecuencia de la aplicación tecnológica de los desarrollos
científicos producidos sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado en el
que, al revés de lo que ocurriera en la primera mitad no se produjo ninguna
reducción de la jornada laboral.
La que
ahora se propone en 65 años los que median entre 1950 y 2015, es una reducción
del 40 %. La que ocurrió de 1910 a 1950, 40 años, fue del 50 %. Si redujéramos
la jornada laboral tanto como entonces ahora habría que reducirla el (50 %/40
años)*60 años =75 % y no sólo el 40 % que se propone.
¿Y qué pasa
con los de “podemos”? Que no saben de cuentas. Pese a que sólo hay que saber
multiplicar ¡y entender qué significa el tanto por ciento!, no saben hacer
estas cuentas que Vd. ha entendido a la primera donde se demuestra que se puede
reducir la jornada laboral a 24 h/semana y conseguir pleno empleo y la
recuperación del bienestar.
Y todo sin
pagar subsidios, ni rentas básicas, ni servidumbres que alteren el libre
mercado. Se modifica la jornada laboral, como se hizo hace un siglo y ya la ley
del mercado alcanzará el equilibrio.
Hay una ALTERNATIVA REPUBLICANA donde si
sabemos hacer las cuentas.
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