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3 may 2017

El Valle de los Caídos y el ultraje a los sentimientos religiosos

La doctrina de Cristo, hijo único del único dios verdadero engendrado en su madre que fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto es claramente pacifista:
1.- Cuando Pedro echó mano a su espada para defender a Cristo en el huerto de Gestsemaní frente a los sicarios del poder religioso que incumplía las leyes de Dios dejadas por Moisés, Cristo le dijo”: Mete tu espada en su funda que el que a hierro mata a hierro muere.
El General Franco, el genocida, no se conformó con sacar la espada de su funda, practicó  el genocidio durante la guerra y, todavía con menos razón, ganada la guerra. Al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
2.- Cuando la mujer acusada de adulterio iba a ser apedreada Cristo el hijo único del único Dios verdadero al que le preguntaron cuál era su sentencia después de no hacerles caso porque se dedicó a escribir garabatos en el suelo acabó diciendo: “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra” tras lo cual todos esos hipócritas decidieron no tirar la que llevaban en la mano ante el temor de que Cristo pudiera decir cuáles eran sus pecados.
El General Franco. el genocida misógino, convirtió en delito en su Código Penal a las pecadoras que fueran adúlteras. Él que  tenía en su alma negra con más pecados que piedras hay en su mausoleo al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
3.- Cuando la Magadalena se gastó todos los ahorros obtenidos con su vida pecaminosa en ungüentos con los que ensalzar a Cristo cuyos pies lavó con ellos el único hijo del único Dios verdadero reprochó a quienes la vituperaban diciendo” mucho se le ha perdonado porque amó mucho.
El General Franco. el genocida odió mucho a las víctimas del terrorismo creado con su colega el General Mola: “ Hay que sembrar el terror ... hay que dejar la sensación del dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”. Franco epítome de este terrorismo que practico hasta su muerte al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra al hijo único del único dios verdadero al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
4.- Cuando a Cristo le preguntaron para burlarse de su predicación de la mansedumbre el amor y el perdón cuántas veces había que perdonar al que nos ofendía respondió “setenta veces siete”.
El General Franco, el genocida, asesino a quien quiso acusándoles de delitos no cometidos; el más cínico fue el de traición contra el Estado a los que defendieron su legitimidad y no murieron en su empeño. Al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
5.-  Cuando a Cristo, con ánimo de ponerle en un aprieto, le preguntaron si tenían que pagar impuestos al fisco preguntó qué imagen existía en la moneda y al decirle que la del emperador dijo “dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”
El General Franco, el genocida, con sus conmilitones y demás compinches se enriquecieron a costa del erario público; de la miseria de sus víctimas indefensas. Siguen su ejemplo sus herederos. Al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
6.- Cristo murió de amor perdonando a sus asesinos; “perdónalos señor, porque no saben lo que hace”.
El General Franco, el genocida, mató por odio a quienes nunca le hicieran daño; firmó sentencias de muerte hasta con un pie en la tumba. Al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
7.- Cristo pasará a la historia como el amable autor de aquellas palabras “dejad que los niños se acerquen a mi porque de ellos es el reino de los cielos”.
El General Franco, el genocida, fomentó el secuestro de los hijos de sus víctimas asesinadas; en el colmo de la ignominia se los dio ¡o vendió! a sus asesinos como animales haciendo negocio con la venta; al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
El número de razones por las que cualquier cristiano debería exigir esto es infinito. Lo indignante es que los presuntos legítimos herederos de la iglesia de Cristo sean los primeros en querer mantener tan odioso contubernio. Al mantenerlo enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
Pero Cristo también explicó este comportamiento hace mucho tiempo: “¡por sus obras les conoceréis!

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