La doctrina
de Cristo, hijo único del único dios verdadero engendrado en su madre que fue
virgen antes del parto, en el parto y después del parto es claramente
pacifista:
1.- Cuando
Pedro echó mano a su espada para defender a Cristo en el huerto de Gestsemaní
frente a los sicarios del poder religioso que incumplía las leyes de Dios
dejadas por Moisés, Cristo le dijo”: Mete tu espada en su funda que el que a
hierro mata a hierro muere.
El General
Franco, el genocida, no se conformó con sacar la espada de su funda, practicó el genocidio durante la guerra y, todavía con menos razón, ganada la guerra. Al estar
enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de
cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
2.- Cuando
la mujer acusada de adulterio iba a ser apedreada Cristo el hijo único del
único Dios verdadero al que le preguntaron cuál era su sentencia después de no
hacerles caso porque se dedicó a escribir garabatos en el suelo acabó diciendo:
“el que esté libre de pecado que tire la primera piedra” tras lo cual todos esos
hipócritas decidieron no tirar la que llevaban en la mano ante el temor de que
Cristo pudiera decir cuáles eran sus pecados.
El General
Franco. el genocida misógino, convirtió en delito en su Código Penal a las pecadoras que fueran adúlteras. Él que tenía en su alma negra con más pecados que piedras
hay en su mausoleo al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a
Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su
doctrina.
3.- Cuando
la Magadalena se gastó todos los ahorros obtenidos con su vida pecaminosa en ungüentos
con los que ensalzar a Cristo cuyos pies lavó con ellos el único hijo del único
Dios verdadero reprochó a quienes la vituperaban diciendo” mucho
se le ha perdonado porque amó mucho.
El General
Franco. el genocida odió mucho a las
víctimas del terrorismo creado con su colega el General Mola: “ Hay que sembrar
el terror ... hay que dejar la sensación del dominio eliminando sin escrúpulos
ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”. Franco epítome de este
terrorismo que practico hasta su muerte al estar enterrado en la misma iglesia
donde se honra al hijo único del único dios verdadero al estar enterrado en la
misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier
cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
4.- Cuando
a Cristo le preguntaron para burlarse de su predicación de la mansedumbre el
amor y el perdón cuántas veces había que perdonar al que nos ofendía respondió “setenta
veces siete”.
El General Franco,
el genocida, asesino a quien quiso acusándoles de delitos no cometidos; el más cínico fue el de traición contra
el Estado a los que defendieron su legitimidad y no murieron en su empeño. Al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja
el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
5.- Cuando a Cristo, con ánimo de ponerle en un
aprieto, le preguntaron si tenían que pagar impuestos al fisco preguntó qué
imagen existía en la moneda y al decirle que la del emperador dijo “dad al
césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”
El General
Franco, el genocida, con sus conmilitones y demás compinches se enriquecieron
a costa del erario público; de la miseria de sus víctimas indefensas. Siguen su ejemplo sus herederos. Al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja
el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
6.- Cristo
murió de amor perdonando a sus asesinos; “perdónalos señor, porque no saben lo
que hace”.
El General
Franco, el genocida, mató por odio a
quienes nunca le hicieran daño; firmó sentencias de muerte hasta con un pie en la tumba. Al estar enterrado en la misma iglesia donde se honra a Cristo ultraja
el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su doctrina.
7.- Cristo
pasará a la historia como el amable autor de aquellas palabras “dejad que los
niños se acerquen a mi porque de ellos es el reino de los cielos”.
El General
Franco, el genocida, fomentó el secuestro de los hijos de sus víctimas asesinadas; en el colmo de la ignominia se los dio ¡o vendió! a sus asesinos como animales haciendo negocio con la venta; al estar enterrado en la misma
iglesia donde se honra a Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano
que se esfuerce en seguir su doctrina.
El número
de razones por las que cualquier cristiano debería exigir esto es infinito. Lo
indignante es que los presuntos legítimos herederos de la iglesia de Cristo
sean los primeros en querer mantener tan odioso contubernio. Al mantenerlo enterrado en la misma iglesia donde se honra a
Cristo ultraja el sentimiento de cualquier cristiano que se esfuerce en seguir su
doctrina.
Pero Cristo también explicó este comportamiento hace mucho tiempo: “¡por
sus obras les conoceréis!
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