Es general
nuestro rechazo a los desbordamientos del egocentrismo que ignora lo común y se
fija en lo diferente. Es la fórmula más eficaz de arruinar cualquier opción de
cambio. Esta crítica harto correcta exige una mínima reflexión no vayamos a
tener una viga en el ojo.
Los
republicanos, a los que también nos indigna esta actitud, valoramos positivamente
el florecimiento de nuevos grupos republicanos índice de su creciente aprecio
ciudadano, pero debemos lamentar que ninguno de esos grupos se funda con los
existente ni estos entre sí.
Nada
esencial nos diferencia a uno de otros. Todos defendemos los mismos principios
de igualdad, libertad y fraternidad, el laicismo, la potenciación de la función
pública, sanidad, docencia, etc. El respeto a estos derechos humanos y al
trabajo son la única garantía de progreso y justicia distributiva. Queremos hacer
verdad el art. 1.2 CE78: “La soberanía reside en el pueblo de donde emanan
todos los poderes del Estado”. El Jefe del Estado debe ser elegido por los
ciudadanos en elecciones públicas y periódicas o seguiremos siendo súbditos.
Eso sólo se
hace estando juntos; agruparse en colectivos grandes es imprescindible para hacer
algo concreto socialmente útil. Eso exige coaligar los que existen; sumando lo
atomizado; agrupándose y no dividiéndose; colaborando en vez de ignorarse. Hay
intentos de Redes, Juntas, Federaciones, etc., que no acaba de cuajar a veces por
excesivo dirigismo ideológico de un grupo sobre otros: otras porque el excesivo
individualismo nos impide colaborar en un objetivo común.
El pasado
15 de abril se celebró en el Ateneo la 7ª Reunión de la Alianza de Movimientos
Republicanos Europeos (EARM) con la presencia de los representantes de los
movimientos republicanos de los países monárquicos. España estaba representada
por la Red Intercívica Republicana. Se cursaron invitaciones para el acto de
clausura que se celebró en el Salón de Actos del Ateneo el sábado 16 de abril.
Un salón de actos cuyo lleno debió ser hasta la bandera, la republicana por
supuesto, pero que tenía demasiadas calvas y notorias ausencias entre los
asistentes. ¿Dónde estaban los representantes de los movimientos que nos
manifestamos el 14 de abril? Un solo representante de cada grupos y ateneo de
la ciudad de Madrid ¡no digamos ya de la provincia! Hubiera obligado a que
muchos estuvieran de pie por los pasillos. No fue así.
El coloquio
siguió a la exposición de los representantes de los miembros de la Alianza resumiendo
la situación en sus países y sus proyectos. Nuestros privilegiados
interlocutores, aludieron con cortés discreción a la diferencia de su situación
con la de España. Ellos no tienen el retraso económico y social ni la situación
de paro que sufrimos ahora bajo el actual gobierno; tampoco el peso sentimental
del una guerra fratricida pues en sus países el fascismo fue derrotado. Ellos
tampoco son tan individualistas. Pero sobre todo son prácticos y miran al
futuro.
¡Ése es el
único camino! Superar esta limitación individualista desde la que miramos más
al pasado que al futuro si queremos ser eficaces. Plantearnos un objetivo: en
2017 deberá haber la mitad de Ateneos, grupos y partidos republicanos que en
2016. Eso nos permitiría llegar al 2020 siendo la decimosexta parte de los que
somos hoy, es decir, ¡16 veces más poderoso! Ése sería el primer paso para crear
un movimiento político republicano serio que se plantee hacer una oferta
republicana seria a la ciudadanía.
Es
necesario que busquemos al grupo más afín y que logremos una unión sacrificando
ese nombre tan querido y tan familiar, tan lleno de recuerdos y de ilusiones
tan …. nuestro, ¡pero sólo de nosotros! El objetivo es que no haya ningún grupo
republicano con menos de un centenar de miembros, dentro de los que se
ejecutarán tareas concretas en grupos menores. El objetivo del millar de
miembros ¡qué menos!, lo dejamos para el año 2017. Seamos realistas: no hay
fraternidad si somos pocos; no hay democracia si no somos muchos;
Lo esencial
nos une; el trabajo hecho en común hasta el próximo 14 nos fortalecerá. Ésa es
la tarea pendiente. Establecer objetivos reales modestos destinados al
beneficio de nuestros ciudadanos; objetivos reales y mensurables que permitan
medir su grado de cumplimiento.
Ése fue el
principal mensaje de nuestros compañeros de la AERM. La búsqueda de la
eficacia; el trabajo en común; las metas concretas y verificables a corto plazo
cuya realización permita plantease otras más ambiciosas. Y para que no se nos
escape el tiempo entre los dedos un análisis mensual del grado de ejecución de
las tareas para identificar las inacciones, los errores y los éxitos y
corregido lo imperfecto plantearse nuevas acciones concretas.
Nada dijeron
que no supiéramos. Dijeron lo que ellos hacen: Dijeron lo que nosotros no hacemos.
Sus grupos crecen en afiliados, y simpatizantes o colaboradores voluntarios; sus
miembros, cientos o miles de afiliados según los países, permiten disponer de recursos
para hacer estudios y campañas, para planificar el acceso a los representantes
en sus Municipios, Regiones y Parlamentos; y a los media; para explicarles,
pedirles y conseguir acciones concretas; para identificar a quienes quieren recuperar
la democracia, el bienestar y la justicia que identifica un sistema republicano
fundado en los principios de libertad, igualdad y fraternidad un objetivo
inalcanzable mientras sigamos construyendo nuestro minifundio republicano.
Han pasado
85 años. Los últimos 40, si no perdidos han sido bastante inútiles. O es más
eficiente, colectiva y común nuestra actuación o los 85 próximos también lo
serán. Pero lo tarea ahora es definir qué objetivos y quienes y como los
ejecutaremos desde hoy hasta el 14.04.2017.
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